jueves, 30 de agosto de 2007

Respuesta directa a Ibsen

Elizabeth Baker, publica su obra Cadenas (1906), que es una respuesta directa a Casa de Muñecas, su drama finaliza también con un portazo, pero es Charley, el esposo, quien abandona a su familia porque considera que su trabajo es más importante.

Sobre Casa de Muñecas

En La pareja recién casada (1865) de Bjornson (1832-1910), se critica la educación restrictiva de la mujer quien al enfrentar los problemas cotidianos de una mujer adulta, no puede resolverlos. Ibsen ya había trabajado el papel de la mujer emancipada en su Lona Hessel de Los pilares de la sociedad (1877), donde valora de forma positiva la participación de la mujer en una sociedad tradicionalista. Algunos estudiosos, encuentran en este personaje, la semilla de lo que sería posteriormente la Nora de Casa de Muñecas.

Argumentos por revisar

obra de la alemana Elsa Bernstein titulada María Ardnt (1908)

María ha vivido por un tiempo lejos de su esposo, con su hija Gemma. Existe la posibilidad de que ella por fin se una al hombre que ha amado, pero también se acerca el momento que su esposo regrese de Italia para intentar salvar la relación. Ella ha educado a Gemma de una manera extraordinaria, habla con su hija con toda naturalidad sobre el tema del sexo donde se muestra la apertura y comunicación que hay entre ambas. Solamente que Gemma, que ama profundamente a su madre, no acepta la posible separación de sus padres. María calla, pero sabe que será imposible vivir con su esposo y se quita la vida

Argumentos por revisar

La Mujer de Alan (1893)[1] de la francesa Florence Bell y la norteamericana Elizabeth Robins
[1]
Este drama abre con una escena de felicidad completa. Jean Creyke está felizmente casada con Alan, un minero que nunca aparece en la obra, salvo cuando otros trabajadores traen su cadáver de regreso a Casa. La Sra. Holroy, madre de Jean, deplora el hecho de que su hija se haya casado con un hombre pobre y poco preparado. Cuando ambas se enteran de la muerte de Alan, Jean está embarazada. La obra da un salto hasta el momento cuando la Sra. Holroy, reprende a su hija por descuidar al bebé que duerme en su cuna. El descuido es aparente ya que Jean ama a su hijo pero se enfrenta el dilema de permitir que su hijo, que nunca podrá caminar (quizá debido a la peligrosidad del trabajo del padre), viva en un mundo cruel o que ella se encargue de quitarle la vida, por lo que después de una intensa lucha subjetiva; Jean mata a su hijo y es entregada a las autoridades para finalizar su vida como un delincuente común.

Darwin

Charles Darwin (1809-82)[1]

En El origen de las especies (1859) se establece, a grandes rasgos, que:

a) Todas las formas han evolucionado de un ancestro común. No era una idea novedosa, solo que fue Darwin quien aportó pruebas concretas para apoyar este enfoque.

b) La evolución se explica por un proceso de selección natural (la habilidad de una especie particular de adaptarse a las circunstancias ambientales, llevando a la “supervivencia del más apto”

En énfasis estaba pues en dos palabras clave:

Herencia y ambiente

Implicaciones


1) El papel de Dios se reduce o incluso se elimina, dado que los postulados anteriores contradicen el origen divino del hombre asentado en el génesis de La Biblia. La causalidad se traslada de un Dios omnipotente a factores de herencia y ambiente

2) Si la causalidad es natural puede ser explicada en términos de herencia y ambiente y lo más importante es que puede ser percibida a través de los cinco sentidos. Al descartarse “un sexto sentido” como intuición, imperativos categóricos, etc. se desvía la atención de un reino metafísico o sobrenatural hacia algo que pueda ser observado aquí y ahora.

3) El lugar del hombre en tal esquema se altera al grado de que se convierte en un producto accidenta de un proceso natural y se debe estudiar como cualquier otra especie biológica

El hombre en vez de ser considerado como un ser superior o una excepción de la naturaleza animal, se convirtió en víctima de sus circunstancias. Ya no es el “arquitecto de su propio destino” dado que no puede controlar de ninguna manera su herencia o su ambiente.

Esto trae consigo importantísimos enfoques para una moralidad relativa. Como por ejemplo ¿puede ser un hombre culpable de sus actos si ellos están determinados por fuerzas de las que no tiene control.

4) Con la idea de una evolución de las especies, se vuelve más general el concepto de “progreso”, mismo que estaba anteriormente teorizado por Hegel. Esto por supuesto engendra la eterna guerra entre ciencia y religión.

Pero, mientras que la fe que apuntalaba la vieja moral era destruida por conocimientos novedosos y actitudes nuevas, ninguna fe recientemente surgida parecía reemplazar a la vieja.

La continua búsqueda de un nuevo juego de valores capaces de ordenar con amplio compromiso y de observarse como base de acción, es una de las mayores características de la era moderna y una de las características más influyentes el drama moderno

[1] de Brockett y Findlay: A century of innovation